carne que se puede cortar con palikllos chiinos

Los palillos chinos son unos cubiertos muy destacables: pese a su facilidad, cumplen, no obstante, distintas funcionalidades, como coger alimentos, combinar, picar, recortar, etcétera. Se produjeron en China, y su empleo ahora tiene mucho más de 3000 años de historia.

Hay múltiples leyendas atrayentes sobre los palillos, pero entre las mucho más reconocidas es ”Dayu Zhishui yu Kuaizi”(1). Esta historia de historia legendaria tiene rincón en la temporada de los reyes Yao y Shun(2), donde, por orden del emperador Shun, el soldado Da Yu tenía como misión la canalización de las aguas del río, causantes de horribles crecidas de agua en la zona. Al admitir la orden del emperador, Da Yu juró que resolvería ese inconveniente para el pueblo. De esta forma, si bien a lo largo de su misión pasó tres ocasiones por la puerta de su casa, prosiguió de largo más allá de la añoranza que sentía por la familia. Luchaba día y noche contra el diluvio, sin posibilitarse desaprovechar no un solo minuto para reposar, comer o reposar. Una vez, explorando DaYu llegó hambriento hasta una isla pequeña. Allí sacó una cazuela y decidió cocinar carne. Al hervir, se percató de que no podía eliminar la comida con la mano, en tanto que el agua se encontraba bastante ardiente. No obstante, como no deseaba desaprovechar tiempo aguardando a que se enfriara, cortó 2 ramitas y con ellas sacó la carne de la cazuela y comenzó a comer. Desde ese momento, toda vez que cocinaba usaba tiras de bambú y ramitas para sacar la comida del agua hirviendo, utilizando de este modo el tiempo para proseguir haciendo un trabajo y arreglar el inconveniente de la inundación cuanto antes. Con el pasar de los años Da Yu fue consiguiendo habilidad en la utilización de estas novedosas herramientas y cogía cómodamente la comida. Sus inferiores le veían comer con el beneficio de no quemarse ni mancharse las manos, y próximamente todos comenzaron a imitarlo, generalizándose de este modo la utilización de los palillos chinos.

De qué manera emplear palillos chinos con la mano izquierda

Usar palillos chinos con la mano izquierda puede ser algo más difícil que con la derecha, pero con algo de práctica, puede transformarse en una capacidad natural. Aquí están ciertos avisos para contribuir a que comiences:

Paso 1: Divide a los palillos. Toma los palillos con la mano derecha y usa el pulgar, el índice y el medio para separarlos un tanto. No les abra bastante, o van a caer de la mano.

Realizar las tijeras con los palillos

No obstante, tenemos la posibilidad de hallarnos con un abanico de otras opciones. Si se sirve una porción de comida bastante grande en un plato una de 2;

Se piensa que es suficientemente blando para que se logre recortar en trozos pequeños realizando un movimiento de tijera con los palillos.

Un palillo se pone sobre el dedo anular

Pone un palillo sobre el dedo anular y que se apoye entre el pulgar y el índice. Este palillo no se desplaza. Es absolutamente estático. Su papel es ser la base fija sobre la que mantener la comida.

El segundo palillo se pone al lado del otro dedo. Pero se mantiene sobre el dedo índice y el corazón. Exactamente la misma si ibas a redactar. Con dicho pulgar se hace la palanca o la articulación. Ten en cuenta que el pulgar tampoco se desplaza. Merced a esta presión, es viable mantener el palillo a fin de que no se caiga y deja desplazar el palillo hacia arriba o hacia abajo.

¡De qué manera hacen para comer arroz?!

Varios se imaginan a los chinos cogiendo grano por grano. ¡No! Es cierto lo de la paciencia china, pero va a un lugar de comidas chino y vas a ver que esto no aplica con la comida.

La primera cosa que llama la atención a la mayor parte en el momento en que van a China por vez primera, es ver la agilidad con la que comen. Lo malo viene en el momento en que te invitan a comer. Los chinos terminan muy, muy rápido, realizando ruidos y metiendo la cara adentro del cuenco, al tiempo que nosotros nos quedamos por un rato largo tratando coger lo que quedó, si dejaron algo. Las primeras ocasiones siempre y en todo momento nos quedábamos con apetito.

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