corte de los devoradores de carne

Puesto que por último semeja que la primavera y un templados unicamente se abren paso, y que los últimos días de la semana hay que masticarlos como se meritan, comenzamos un articulo sobre armonías y maridajes que van de cine con carne a la parrilla. Para esta primera entrada (va a haber mucho más), aconsejamos un repóquer de cervezas artesanas con el nivel de ácido algo subido (en el momento en que vino natural) o con tiernicidad y limpieza pues tienen la posibilidad de ser un entretenido contrincante, un contrincante a la altura del vacuno mucho más grande. Ahora entendemos qué son los IBUs (iniciales de International Bittering Unit, entidades que determinan la amargura de cada artesana) y con qué marida cada una. El boom de los cerveceros artesanales no cesa. Una profesión nuevamente tipo que no para de dar buenas referencias. Conque les dejamos 4 birras a echar el fuego…

CCVK RED ALE (Vallecas, La capital española). VALLEKAS EN EL PODER

El camino óctuple

Solo hay muerte para los contrincantes de Khorne

) Tras la Herejía de Horus, los Devoradores de Mundos bajaron a novedosas profundidades de sed de sangre y destrucción, asolando el despedazado Imperio antes de hundirse en las retorcidas profundidades del Ojo del Terror. Absolutamente nadie puede decir con precisión lo que ocurrió en el Ojo, pero es obvio que la Legión prácticamente se consumió en un amargo enfrentamiento de adentro que la fracturó en incontables bandas de guerra mucho más pequeñas.

Aspectos y artefactos

Como era de aguardar, el libro va a traer un nuevo abanico de aspectos y artefactos, introduciendo peculiaridades de montura para los Zombie Dragons y los Terrorgheist.

ADVERTENCIA: Contenido gráfico.

(Australia) – Se ve que esta historia ha salido de una película de terror, pero no es de esta forma, es tan real que pasó en Australia, donde un bañista fué atacado por unas extrañas criaturas dejando lesiones graves en los pies.

cuchillo

Según con las autoridades en la localidad de Melbourne, en Australia, hablamos de un hecho apartado, puesto que no hay reportes de un acontecimiento afín al que sufrió Sam Kanizay, joven australiano de 16 años que había pasado una tarde jugando fútbol al lado de la playa de Dendy Street Beach en Brighton, Melbourne, en el país oceánico.

Lidiante con mitos y tribunales

¿Es dócil o iracundo? La docilidad —mantiene Eliano— es, indudablemente, una característica del toro y, con domesticación, se transforma de salvaje en plácida: “si deseas, puedes lograr que dobleguen las rodillas y que lleven sobre el lomo a un niño oa una pequeña… He visto, aun, personas bailando sobre bueyes, y esas personas inmóviles y guardando la estabilidad” (Historia de los animales, VII, 4). En otro pasaje, nuestro creador advierte sobre la ferocidad de los bueyes egipcios: “llamados ‘devoradores de carne’ son los mucho más salvajes de los animales. Doblan en tamaño los bueyes de Grecia y son muy veloces…son invulnerables en las lanzas y en toda clase de proyectil…el hierro no penetra en su piel” (XVII, 45). Lo que se deja claro es que el toro que se enfurece pierde: “…paz con la cabeza gacha, y el águila se pone sobre la cerviz del animal y lo golpea con fuertes picaduras. Él se encoleriza tal y como si fuera picado por un tábano y se arroja a correr con todo el poder de las patas…el águila continúa apacible volando sobre él y observando. Pero en relación ve el toro arrimarse a un precipicio, forma un arco con sus alas y cubre con ellas los ojos del animal, tal es así que no logre ver lo que tiene frente sí y se precipite con mucha crueldad. Después se ceba en la presa” (II, 39).

La probada reputación de la iracundia de este animal es asimismo traída a colación al Canto Duodécimo de “El Infierno” (Divina Comedia), especialmente en el momento en que Virgilio da un golpe al orgullo de la criatura nacida de los amores de Pasifae (mujer del rey Minos)y un toro: “…al filo de la quebrada cavernosa se encontraba extendido lo que fue oprobio de Creta, engendrado en la vaca artificial: el que en el momento en que nos vio, se mordió a sí mismo, como el que se consume internamente de íra. Y dirigiéndose a él, le chilló mi Sabio: —¿Piensas que quizás está aquí el caudillo de Atenas, que te dio muerte allí en el planeta? Apártate, bestia, que no viene este aleccionado por tu hermana, sino más bien para poder ver sus tormentos. Y como el toro que rompe sus ligaduras en el instante de recibir el golpe mortal, y no adivina a caminar, sino brinca a uno y otro lado, del mismo modo vi que hacia el Minotauro; y mi previsor Profesor me llamó: —Corre a la quebrada; que mientras que está furioso es recomendable que bajes”.

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