La polución cruzada es la transmisión de microorganismos, en especial bacterias, de un alimento contaminado, en la mayor parte de las situaciones crudo, a otro ahora cocido o crudo, pero que no necesita cocción. Esta polución, entre las causas mucho más usuales de toxiinfecciones alimenticias en las cocinas, puede generarse de 2 formas distintas: por contacto directo entre los dos alimentos, o de manera indirecta, o sea, por medio de las manos del manipulador o a través de material de cocina, como utensilios, paños o repasadores y superficies.
Estas bacterias se tienen la posibilidad de conseguir en alimentos crudos como carnes de vaca, pollo, cerdo, pescados, huevos y verduras o frutas frescas. si el alimento se consume crudo, el peligro incrementa, especialmente si se guarda a temperaturas tibias. No obstante, al cocinarlos, la temperatura aniquila a la enorme mayoría de estos microorganismos, con lo que no interfiere a nuestra salud al consumirlos.
De qué manera eludir la polución cruzada
La mejor medida para impedir la polución cruzada es respetar las 4 reglas básicas de seguridad alimenticia: adecentar, dividir, cocer y enfriar. Estas reglas las tenemos la posibilidad de comprender mejor según este decálogo de buenas prácticas:
- La higiene de manos es fundamental, de ahí que es requisito lavarse las manos con agua y jabón antes de comenzar a cocinar.
- Dividir los alimentos recién adquiridos, poniendo en cajones o bolsas distintas las carnes, pescados y aves y que no entren en contacto con el resto de alimentos del frigorífico.
- La carne cruda debe guardarse en recipientes cerrados herméticamente.
- Dividir los alimentos crudos de los alimentos cocidos o cocinados.
- Al manejar alimentos, usar utensilios diferentes para tratar alimentos distintas o, en su defecto, adecentar los utensilios en hondura antes de seguir.
- Sostener todos y cada uno de los recipientes y útiles limpios antes de usarlos.
- Remover los restos de huevo crudo en todo instante, puesto que es un alimento que transmite mucha polución cruzada.
- Mudar los harapos de cocina que tengan restos de alimentos crudos.
- Montar las ensaladas en el último instante.
- Desinfectar la cocina de manera periódica. La adecuada limpieza de la cocina es primordial.
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Enjuagar el pollo o el pavo antes de cocinarlo es un paso arraigado para bastantes chefs caseros: la práctica se enseña de generación en generación y se fortalece en libros de cocina. Recetas como “El pollo asado especial” en “El libro de cocina de Bessafoot Contessa” de 1999 recomiendan a los chefs “aclarar el pollo por la parte interior y por fuera”. Pero esto no refleja la ciencia.
Polución cruzada indirecta
Esta situación se da en el momento en que los microorganismos o los patógenos llegan de un alimento a otro mediante la manipulación, utensilios de trabajo y superficies donde se lleva el desarrollo de manipulación. Exactamente en qué casos se puede ofrecer la polución cruzada indirecta:
- No lavarnos las manos en el momento de manejar otro género de alimento se encuentra dentro de las ocasiones más frecuentes ya que los microorganismos siguen continuando en nuestras manos.
- Recortar con exactamente el mismo cuchillo la carne cruda y después la lechuga.
- Trocear el pescado crudo, adecentar la mesa con un papel de cocina y después partir queso.
- Recortar algún alimento crudo y, ahora, dividir en porciones una pizza sin adecentar el cuchillo en hondura.